El Ventisquero
Un bulto como de agua fría
inmóvil, aguantado y contenido
adentro en el pecho glacial
artífice del temblor y del derrumbe
cristal opaco que se raja
en dos, tres, cien o más hojas de cuchillo
tremendamente certeras
Un millón de estocadas
pendientes, que acechan
conminan a un sacrificio en suspenso
a una idea heroica
a una expectativa que duerme
bajo guillotinas suspendidas
una revolución sin tiempo
Vertiente sometida al sueño
que permanece proscrita
y lleva la fuente que no pudo ser
un caudal de utopías contenidas
en la humedad seca y dura
que no logra derretir sus lágrimas
y se hace resistencia mayor que la piedra
La fuerza del destino es fría
y la humanidad es un bloque gélido
de corazón atrapado en hielo
donde escasamente late la pena profunda
de los días del naufragio
sueños de naves encalladas
por una utopía polar
sobreviviente de glaciaciones
con esa idea de agua
de que todo es mentira
y que el dolor no existe de verdad
que sólo son reflejos de cristal
en este ventisquero porfiado
que imagina el río que no es.
Y buscamos grietas y fallas
que propicien el derrumbe
sin embargo relucen prodigios en el hielo
como auroras grotescas
que nos guiñan quimeras al pasar
y ahí nos congelamos
en los anhelos recurrentes de la travesía.
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